Del subsuelo salado del barranco de Valdehierro afloran los manantiales cuyas aguas, tras la evaporarse en las albercas aterrazadas, nos regalan la preciada sal.
Nuévalos, que a mediados del s. XX contaba con más de 1.000 habitantes, es hoy una pequeña localidad de la comarca de Calatayud ya que perdió gran parte de su población y terrenos de cultivo con la construcción del embalse de La Tranquera en el año 1959. Los habitantes de Nuévalos han vivido fundamentalmente de la tradicional agricultura y ganadería y también, hasta mediados del s. XX, de otra actividad económica muy destacada: las salinas.
En funcionamiento en el s. XIII y explotadas hasta 1969, las salinas de Nuévalos son un complejo de 7 albercas o balsas de piedra que están dispuestas sobre unos aterrazamientos de la ladera del barranco de Valdehierro, en ellas se estancaban las aguas de dos manantiales salados para que, una vez evaporada el agua con el calor del sol, se pudiese recoger la sal.
Las instalaciones contaban también con unas edificaciones: la casa del administrador y el almacén. Ambas fueron construidas en piedra y hoy están en estado de ruina; mejor suerte han tenido las salinas, su buena conservación ha permitido recuperar este sistema de balsas de piedra y canalizaciones de teja y troncos para que pueda ser disfrutado por todos los visitantes.
El pasado histórico de Nuévalos se puede rastrear en los yacimientos celtíberos y romanos de los alrededores y en los monumentos civiles y religiosos de la localidad: el Castillo del señorío de la Orden del Santo Sepulcro (s. XII), la iglesia de San Julián (s. XIII) o la casa del Obispo son los más destacados y a los que hay que sumar el famoso monasterio cisterciense de Piedra (s. XII) localizado en su término municipal a unos 3 kilómetros del núcleo urbano.
El patrimonio natural de Nuévalos también es muy reseñable, el río Piedra a lo largo de su recorrido ha labrado un paisaje kárstico sobre la orografía caliza con llamativas hoces, cascadas, cuevas y simas como la Gruta Iris, la cascada Cola de Caballo y el Lago del Espejo. El bosque de ribera en torno al cauce del río y las carrascas en el monte albergan numerosas especies de pequeñas aves y de buitres leonados, chovas y grajillas. Esta riqueza de flora y fauna del entorno natural ha merecido ser incluido entre los Espacio Naturales Protegidos dentro de dos figuras de protección:
- Áreas de especial protección urbanística, según el Decreto 85/1990 de 5 de Junio de la Diputación General de Aragón (DGA): Hoces de Torralba (términos municipales de Aldehuela de Liestos y Torralba de los Frailes) y Monasterio de Piedra (término municipal de Nuévalos).
- Figuras de protección: Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) ES2430106 Los Romerales-Cerropozuelo.