El lavadero, un lugar de trabajo y de relación social para las mujeres, ha sido un espacio fundamental en Munébrega y en todos nuestros pueblos al igual que las fuentes y manantiales que han abastecido de agua a sus habitantes, animales y ganados.
Munébrega cuenta con cinco fuentes repartidas por la localidad: del siglo XVI son dos, la de Piedra o de los cinco caños, inicialmente con tres cabezas de bronce que fueron sustituidas por los cinco caños que hoy tiene; y la de la Posada, originalmente de un caño, vaso de piedra y pared de ladrillo con un arco que ha sufrido diferentes modificaciones; las tres restantes son la del Piojo de un caño, el Lavador de dos caños y junto a la que encontramos el abrevadero y el lavadero y, por último, la fuente Bautista de tres caños que se encuentra junto al estanque romano.
Los lavaderos son construcciones tradicionales que se ubican junto a las fuentes, manantiales, pozos, arroyos o ríos que solían abastecer de agua a los pueblos. Por lo general, estas instalaciones estaban compuestas por diferentes elementos: la fuente que suministraba el caudal de agua y estaba conectada al abrevadero y lavadero para que el agua se renovase y estuviese limpia; el abrevadero para dar de beber a los animales de carga y al ganado y, finalmente, el lavadero, un recinto cubierto o no que albergaba una o varias balsas de agua y cuyo perímetro estaba construido con losas de piedra con diferentes texturas para lavar o aclarar la ropa y que podía estar a ras de suelo o elevado.
Estas instalaciones que se solían ubicar a las afueras, además de cubrir la función de limpieza, eran lugares para el encuentro de las mujeres, allí conversaban, cantaban y se relacionaban entre sí haciendo más llevadero el duro trabajo de lavar la ropa.
Además de hacer un recorrido por las fuentes del pueblo, el alumnado podrá practicar en el lavadero y hacer su colada con el tradicional jabón de tajo.
Fuente: https://www.munebrega.es/guia/entorno/f_piedra/f_piedra.html
